Piaget afirma que la inteligencia se construye a partir de la actividad motriz de los niños. En los primeros años de vida, hasta los siete años aproximadamente, la educación del niño es psicomotriz.
Dentro de la psicomotricidad debemos de diferenciar entre:
• Psicomotricidad gruesa: aquella referida a las acciones realizadas con la totalidad del cuerpo coordinando los desplazamientos, el movimiento de las extremidades, el equilibrio y todos los sentidos (caminar, correr, girar, saltar)
• Psicomotricidad fina: se centra en las acciones que el niño realiza principalmente con las manos y para la cual necesita una coordinación óculo-manual (pintar, amasar, coger cosas, usar herramientas)
Nos vamos a centrar en esta última y su importancia para la relación con su entorno.
Desarrollo de la psicomotricidad fina
Aspectos que a nosotros nos parecen tan sencillos como agarrar un vaso y beber o botar una pelota, implican un nivel elevado de maduración y un aprendizaje largo para la adquisición plena de cada uno de sus aspectos.
De 0 a 12 meses: las manos de un recién nacido están cerradas la mayor parte del tiempo y tiene poco control sobre ellas, salvo los reflejos que observaremos si tocamos su palma y cierra el puño.
A partir de las ocho semanas descubre sus manos y comienza a jugar con ellas, utilizando el sentido del tacto.
Entre los 2 y 4 meses comienza la coordinación ojo-mano queriendo tomar los objetos que empieza a ver y entrando en un periodo de ensayo-error.
A partir de los seis meses el bebé siente fascinación por llevarse los objetos a la boca y por golpearlos.
Antes de cumplir el año el niño ya es capaz de agarrar objetos con la mano entera.
De 1 a 3 años: esta será la etapa de gateo y primeros pasos. Uno de los logros más importantes que se conseguirá al principio de esta etapa será el pellizcado, tomar cosas usando los dedos como tenazas.
A partir de aquí los niños desarrollan la capacidad de manipular objetos cada vez más complejos llegando a marcar el teléfono, empujar palancas, pasar las hojas de un libro…Es el momento también de máxima atención a los accidentes infantiles en el hogar ya que su curiosidad unida a su capacidad para abrir cierres, puertas y ventanas les llevará a intentar experimentar con todo.
Los pequeños empezarán a hacer sus primeros garabatos y ya serán capaces de apilar torres de 6 cubos.
De 3 a 4 años: a partir de los tres años muchos niños ya son capaces de agarrar un lápiz y dibujar, lo primero que hacen suelen ser círculos y trazos muy simples, también aprenden el manejo de los cubiertos y de las tijeras.
Gracias a la motricidad fina se van desarrollando los músculos de la mano y los dedos lo cual es fundamental para el aprendizaje de la lectoescritura. A partir de juegos que vayan ganando en complejidad, el niño será capaz de escribir su nombre utilizando las mayúsculas.
5 años:con esta edad los pequeños han avanzado claramente en sus habilidades motoras finas, son capaces de abrocharse los botones, algunos de atarse los cordones y pueden cortar, pegar o dibujar a una persona con unos trazos primarios.
Ejercicios de psicomotricidad fina
Si quieres estimular a tu hijo con algunos ejercicios de psicomotricidad fina aquí te dejamos algunas ideas.
• Coloca algunos objetos sobre una mesa, con los ojos tapados pídele que los adivine solo con el tacto.
• Jugar con juegos de construcciones
• Darle una pelotita para que la apriete con la mano
• Ofrécele abrir tarros y botellas.
• Modelar plastilina
• Meter cuentas en un hilo
• Recortar con tijeras
• Dibujar uniendo puntos.
Juguetes que favorecen la motricidad fina
Plastilina: con este material tus hijos ejercitarán las manos y los dedos, elementos muy importantes para que cuando llegue el momento de iniciarse en el proceso de lectoescritura, tengan más facilidad para manejar los lápices y hacer trazos de letras.
Pintar, garabatear: la manera en que los prescolares sujetan el lápiz o las pinturas de colores se encuentra directamente relacionada con la coordinación visomotriz.
A los dos años utilizan toda la mano y ponen mucha fuerza en ello, por lo que el adulto poco a poco, debe enseñarle a acomodar los dedos de forma correcta, dibujar y pintar es una actividad muy recomendada en estas edades.
Pueden divertirse juntos utilizando pintura para dedos o tempera.
Tijeras: esta es una de las herramientas más antiguas que conoce el hombre, pero el manejo de las tijeras implica un movimiento fino, por ello recortar figuras es algo muy útil en el desarrollo del niño.
Empezar por cartones rugosos y luego pasar a cartulinas y papeles de colores, cuando el niño cuente con más destreza puedes darle alguna tela para que recorte.
En librerías hay material para estimular las habilidades motrices tanto al manejar la tijera, como al pegar los recortables.
Hacer la pinza: el agarre con el pulgar en oposición al índice, es decir, haciendo pinza es una de los mayores avances en las destrezas motrices del bebé, esto le permitirá agarrar con sus manos objetos pequeños.
Este artículo me parece muy interesante ahora que vienen unos días de vacaciones, esperando a los Reyes y que podemos aprovechar para estar con ellos y ellas jugando y desarrollando su destreza manual y su inteligencia emocional y creativa.
Nota: Extraído de la publicación http://edukame.com